Hace algún tiempo escribí un artículo sobre Ernesto Bernia. Pero no sobre el Ernesto Bernia economista y empresario que suscribe, sino sobre el Ernesto Bernia, forner, mi padre. Os hablaba de su pasión por la panadería y la pastelería, heredada hoy por mi hermano David Bernia, cuarta generación de familia de artesanos del pan.
La artesanía en un mundo globalizado
En un mundo cada vez más globalizado y dominado por la producción en masa, la artesanía se erige como un faro de autenticidad y conexión con nuestras raíces. La elaboración del pan artesanal es un ejemplo perfecto de cómo las tradiciones pueden enriquecer nuestras vidas y comunidades.
La artesanía como expresión cultural
La artesanía, en su esencia, es una forma de expresión cultural. Cada región tiene sus propias técnicas, ingredientes y recetas que se transmiten de generación en generación. El pan artesanal no es solo un alimento; es un símbolo de identidad y pertenencia. Al mantener vivas estas tradiciones, honramos a nuestros antepasados y preservamos un legado que nos conecta con nuestra historia.
Diferencias entre el pan artesanal y el pan industrial
A diferencia del pan industrial, que a menudo contiene aditivos y conservantes, el pan artesanal se elabora con ingredientes frescos y naturales. Este enfoque no solo resulta en un producto de mayor calidad, sino que también promueve prácticas sostenibles. Los panaderos artesanales suelen utilizar métodos tradicionales que respetan el medio ambiente y apoyan a los agricultores locales. Al elegir pan artesanal, no solo estamos disfrutando de un sabor superior, sino que también estamos contribuyendo a una economía más sostenible.
La conexión humana en la elaboración del pan artesanal
La elaboración del pan artesanal también es un proceso que fomenta la conexión humana. Desde la selección de los ingredientes hasta el amasado y la cocción, cada paso implica dedicación y cuidado. Además, muchas panaderías artesanales como la nuestra, la de los Bernia, son negocios familiares que crean lazos en la comunidad. Al comprar pan en estos lugares, no solo apoyamos a los artesanos, sino que también fortalecemos el tejido social de nuestras comunidades.
El viaje sensorial del pan artesanal
Hacer pan artesanal es un viaje sensorial. La mezcla de aromas, texturas y sabores nos invita a participar en un proceso que va más allá de simplemente alimentarnos. Amasar la masa, observar cómo fermenta y disfrutar del pan recién horneado son experiencias que nos conectan con el presente y nos permiten apreciar el arte de la cocina. Este acto de creación puede ser terapéutico y gratificante.
Un legado familiar de panaderos artesanales
En conclusión, formar parte de una familia de artesanos del pan que arrancó con Agustín Bernia Pellicer, mi bisabuelo, prosiguió con Vicente Bernia Bartolomé, mi abuelo, y después con mi tío Vicente Bernia Bacete, mi padre Ernesto Bernia Bacete, y hoy mi hermano, David Bernia, es algo que me llena de orgullo y esperanza en que las generaciones futuras mantengan este importante legado.
